Héctor de Anda, Orígenes paralelos, Blanco, 2010, Collage sobre madera, detalle.

Orígenes paralelos en negro, 2011, collage, detalle
125 x 125 cm.

Orígenes paralelos en negro, 2011, collage, detalle
125 x 125 cm.

Orígenes paralelos en negro, 2011, collage, detalle
125 x 125 cm.

Orígenes paralelos en negro, 2011, collage, detalle
125 x 125 cm.

Amargo
Las adelfas de mi patio
Corazón de almendra amarga
Amargo
Federico García Lorca

No resultan improbables ni forzadas las asociaciones entre la obra que nos comparte ahora Héctor de Anda y los diversos cordones de la realidad paralela. Estos vínculos con el mundo, con el complicado panorama y los sentimientos regados por el Medio Oriente (esas cimas de plástico, homenaje al Lorca amargo, que podrían parecer un peregrinaje triste en “al hiyab”), por Europa (con Noruega ilustrando el drama desde hace días, con sus garrotes xenófobos, contagiosos), o más cerca, aparejado a los tumbos de nuestro país (por demás neuróticos, ¡Uf! tan malo y triste. Y qué agobio y qué güeva volver a esos repugnantes sentimientos cotidianos). Aquí entonces, probablemente, una serie de bipolaridades y de signos de tensión dispuestos a intrincarse con las microhistorias que deambulan entre la precariedad y la pesimista inercia que conduce parte de nuestro entorno: esta enorme cosmografía de flancos débiles y ventanas semiobstruidas de una misma casa vilipendiada y confundida.

Ahí entonces algunos parámetros para la interpretación de cuanto ha sido dispuesto: contexturas minimalistas donde uno podría acertar muchas alarmas. Sin embargo, objetiva y francamente, no creo determinantes estas claves analíticas. Entonces, de vuelta a la abstracción: identifico el imponente surco que la meditación draga en la mirada de quién va de paso, proponiéndose conciente; de quienes, como Héctor de Anda exploran la materia del diseño orgánico: la maravilla natural que es celebración usual de vida y muerte. Con tan estupenda gravedad y relación como puede suceder observando otras fuentes de entusiasmo creativo, aquellas dispuestas en el entorno corriente de una ciudad o ante el fenómeno redentor de la inclusión de efectos de la gratuidad en la acción humana... exenta, quizá, de codicia.

Así nos devuelve a la máquina reanimadora de las contemplaciones. O por dinamismo devastador operando a la par de todas las reverberaciones de la presencia del hombre en su destino/conflicto. Al ritmo de los lastres del (pseudo) progreso de la especie. O sencillamente por darle objeto a la carga fortuita, también injusta, de las perturbaciones, para enfocar lo que distrae del sueño enérgico, y la posibilidad de despertar en el estado vigil, aunque suene reiterado. En fin, frente a usted: asombros de testigo de esfuerzos y choques, o de lentitudes de entender.

Guillermo Santamarina

Héctor de Anda (San Juan de los Lagos, Jalisco 1950) Artista plástico. La constante en su obra es el deterioro de la materia. Ha exhibido individualmente en la Galería D.E.A. de Florencia, Italia, el Museo Experimental el Eco de la Ciudad de México, el Museo de Arte Contemporáneo de Mérida, Yucatán, la Galería Pecanins de la Ciudad de México y el Museo del Carmen de la Ciudad de México. Ha realizado intervenciones urbanas utilizando espacios publicitarios en Londres, París y Berlín. También ha participado en varias exposiciones colectivas en Canadá, Estados Unidos, España, Inglaterra, Holanda, Emiratos Árabes Unidos y México.

Orígenes paralelos en blanco, 2010, collage, detalle

Orígenes paralelos en blanco, collage, detalle

Blanco I, 2010, collage
125 x 125 cm.

Blanco III, 2010, collage sobre madera
125 x 125 cm.