BIOGRAFÍA COLECTIVA

story

Performar la historia

Hayde Lachino

Aquí iniciamos un recorrido visual, testimonial y textual sobre lo que la opresión ha significado históricamente para los cuerpos de nosotras, mujeres que habitamos un territorio ya de por sí marcado por la violencia. Este es un afán por construir una biografía colectiva de lo que fuimos y somos, como ejercicio para marcar posibilidades futuras a partir de mirarnos profundamente y descubrir las huellas del pasado que se hacen presente a través de los gestos de la carne.


Partimos de la afirmación de que en el cuerpo se inscribe la historia nacional en un cruce dramático con la biografía personal, que se traducen en los gestos, en modos de ser y hacer. De ahí que hacer memoria es reconocer lo que nuestros cuerpo es  y padece, porque la historia de la que hablamos se refiere a procesos de conquista, de apropiación, de silenciamiento. Nuestro cuerpo es el espacio en donde se inscriben batallas en las cuales generalmente somos las víctimas. Aunque también hay historias invisibles de resistenciasjgugñugñ. Soy Malinche-Malinches. Una voz personal en donde resuena la voz de todas y todes. Historia corporizada en donde las guerras, las conquistas y las opresiones dejan su marca y dan la tesitura de lo que soy.


No hay historia de mujer que no lleve el signo del odio. Inscritas en el deber y la obediencia, como condición primaria de lo que somos, en cuanto la palabra aparece, renegamos. Nacer boca abajo, boca arriba, de lado, de cabeza. Mal nacer. Niña malcriada, grosera, rezongona. Mujer disoluta, impropia, mal conjugada. Mujer traidora y traicionera. Mujer-mujeres para las que este país, este mundo aún no encuentra las palabras que las abarquen, que las reimaginen.


Pensarnos en voz alta, en un texto que se despliega en múltiples voces, es asumir nuestra pertenencia a una república que espera aún su nacimiento, su creación como territorio utópico de historias que merecen ser pensadas e inauguradas. Reconocer que tu historia es mi historia. Biografías que se despliegan en el horizonte presente y cuyo origen se ancla en la tierra, en años y años de testimonios acumulados hasta formar una historia nacional de mujeres conquistadas y despojadas.


Recontarnos la historia, inventar nuevas historias. Rearmar el rompecabezas de la historia nacional. Performar la historia, para ver si entre todos sus posibles nuevos armados resurge una historia no dicha que haga visible las fisuras por donde emergen todos los posibles horizontes. Performar la memoria, rehacerla, inventarla, imaginarla, ponerle nombre de mujer.


Aquí inicia un recorrido colectivo que propone pensar la historia desde nuestros cuerpos, desde lo cercano, desde lo contingente. Aquí la Malinche somos todas, todes, para las que hace falta inventar una Matria.